La producción de banano ha estado tan ligada a
la historia regional, como a la de la familia Dávila Abondano. En la segunda
década del siglo XX, sus abuelos (Dávila Diazgranados) fueron pioneros en crear
una organización bananera local y exportar su producción; al margen de la
United Fruit Company, que tenía el control de toda la cadena productiva de la
fruta.
Con esa experiencia, lograda en una época en que
Santa Marta mantenía su personalidad de pueblo alejado de los grandes centros
urbanos; con una forma de vida apacible; pero sin inquietudes en materia de
desarrollo; los antecesores de quienes más tarde constituyeran el grupo DAABON,
sentaron las bases de generaciones que han asumido la producción agroindustrial
y la conquista de nuevos mercados, con decisión, pujanza y honestidad.
Durante los años 60 y 70, la producción de la
familia Dávila Abondano se afianzó en la zona bananera del Magdalena – parte de
las actuales fincas de palma – y en el sector norte de la Sierra Nevada de
Santa Marta, frente al mar Caribe. Con el advenimiento de la palma de aceite -
década de los 80 -, deciden concentrar su producción de banano en la última
región – jurisdicción de Santa Marta – y crean La Samaria, una empresa dedicada
a la producción y procesamiento de frutas tropicales; al asumir el banano como
producto bandera.
En los años 90 llega para todo el grupo DAABON
la época de los productos orgánicos. La Samaria, después de un riguroso proceso
de transición, recibe su certificado como empresa bananera orgánica, de parte
del organismo certificador europeo Ecocert; con este sello, a través de esta,
Colombia exporta el primer contenedor de banano orgánico en 1994.
A principios del 2000 ocurren dos hechos muy significativos para la Samaria: sus exportaciones reciben el sello de Comercio Justo, por la transparencia de su gestión socio – laboral, y casi al tiempo, extiende sus cultivos hacia el departamento de la Guajira. Crea nuevas unidades productivas en jurisdicción de los municipios de Dibulla y Riohacha; genera una actividad nueva para una región que, hasta el momento, solo estaba relacionada con ganadería extensiva de limitado crecimiento; algunos productos transitorios y una gran incidencia de actividades de economía informal.
La primera y segunda
década del presente siglo se emplearon para consolidar las exportaciones a
Estados Unidos, Europa y Asia. Como buena compañía exportadora, La Samaria le
invierte a recursos económicos y talento humano para obtener una fruta de
excelente calidad, extraída en cuidadosos procesos productivos. La apuesta es
ofrecer una fruta que represente la excelencia del campo colombiano.